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martes, 5 de enero de 2016

Cuando las cosas se derrumban, siempre puedes encontrar más amor. Por Isha


Cuando las cosas se derrumban siempre puedes encontrar más amor:
Vivimos tiempos personales y colectivos, que desafían todo lo conocido, todo lo vivido anteriormente.  Nos llevan a soltar muchas cosas aprendidas, a evaluar lo que es verdadero, lo que es válido y descartar lo que no.

Se derrumban no sólo estructuras externas, sino que las internas caen también.

Hoy en día nos toca, en cualquier parte del  mundo que nos encontremos, estamos viviendo esa experiencia de alguna manera y aprendiendo de ella también,  compartiendo lo mejor de este aprendizaje, sea como sea que a cada uno en su vida se le presente.


Y nos invita a crear la acción más elevada que nos hace más humanos y nos lleva a descubrir lo inspirador y animarnos a ser a nuevo en cada momento.

Cuando la destrucción de algún tipo toca a nuestras puertas, la grandeza y la valentía son invitadas a actuar, y nos pone en movimiento a todos allí donde estemos, seamos hermanos, vecinos, amigos o desconocidos, hay momentos que nos invitan a unirnos y provoca entrar en acción desde su corazón y extendiendo las manos, alzando al otro en su necesidad más allá de la propia pérdida.

Y en este momento las mujeres sostenemos muchos hilos, la mujer que cuida, cría, alberga , cura, sostiene, apoya, nutre más y da y parece que todo lo puede, y da más aún.

Cada mujer hoy, en este mundo allí donde está junto a todos los que la rodean inspira un aquí estamos, aquí podemos, aquí estamos siendo más, aquí amamos y damos.  Esto es lo que vibra cada casa, casa escuela, cada cocina, cada hospital, cada lugar aquí en esta tierra conocida y más allá de todas las fronteras, en cada lugar.

En este momento, en este mundo podemos vivir encontrando este ancla interna que nos da seguridad, como un bastión, una roca donde asentarse y desde allí actuar, sabiendo que la vida misma está vibrando y amando en uno, y descubriendo que no hay nada más que ese amor. Cuando lo de afuera se quiebra, ir hacia adentro y del manantial emanará más.

Podemos hacer que la apreciación crezca, la apreciación de lo logrado más allá de las circunstancias, la apreciación de lo que sí tenemos y podemos compartir, la apreciación de lo simple, pues la vida es simple. Los humanos la hacemos complicada.
 
Pues entonces a pararse en ese lugar interno de seguridad, que puede apreciar y cambiar, fluir y confiar.

Así descubriremos que, a pesar de las circunstancias, hay  un millón de pequeñas cosas que podemos agradecer hasta que se torna en un estado de nuestro ser.

Isha


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