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jueves, 18 de julio de 2019

La Ternura. Mario Mercier.

Bella, hermosa, esta prosa poética de Mario Mercier!


¡TERNÚRAME!" Así, con esta palabra-oración, comenzaría esta reflexión sobre la Ternura, ¿pues qué sabemos de la Ternura, de la que tanto se habla y tan a menudo se requiere?

Se me ocurre hablar de ella como de un aliento suave, como de una brisa inefable que sube del alma, pasa por el corazón y brilla con un calor sutil en los ojos, en la voz, en el gesto, en todo el ser.

Pues la Ternura es una luz tan fina, tan tenue y sin embargo tan contundente en sus efectos, que resulta tan poco analizable, tan poco aprehensible intelectualmente como la felicidad. Tiene algo del amor, dado que emanación de éste y la esencia de su elevación.

Si me puedo permitir una comparación de poeta a propósito de la Ternura -ya que el poeta es el hombre de todas la audacias y de todos los cumplidos-, diría que el Amor es la rosa y la Ternura su perfume.

Pues el Amor
no es sólo la flor de la Ternura, es su tallo y su raíz, y cuanto más se nutra este Amor -que por otra parte tiene capacidad de auto-alimentarse- más aroma dará la Ternura. La Ternura tiene el poder de desvanecerse sin afectación, ya que aunque participa de un sentimiento profundo y las más de ñas veces dominado, excluye todo sentimentalismo superficial.

Siempre he soñado con la Ternura, con esta palabra tan apacible en su calurosa acogida. He soñado y sueño con ella como la boca que tiene sed sin estar seca, sueño de agua pura......

.... La Ternura no se mendiga, no busca ser merecida aunque a menudo la preceda la palabra necesidad. Necesidad de esto, necesidad de lo otro, pero nada le sienta tan bien como que le añadamos la palabra Ternura.

La Ternura no es un debe ni un haber, es algo que se otorga naturalmente sin efectos estrepitosos, sin ruido. Su mérito, dado que es pura, es no buscar el mérito por el mérito. Se envuelve de un silencio particular o, mejor, se desarrolla, aun cuando hable, en el rico silencio de un asentimiento.

Existen muchos tipos de ternuras y sus matices melódicos son infinitos. Se sitúan en los intervalos de la gama musical el Amor. La Ternura tiene sus notas de base así como sus notas últimas, pero la vibración inicial no conoce ninguna disminución.

"Ternúrame". Si quieres formular esta solicitud, hazlo sobre todo con la mirada, sin ningún tipo de mendicidad. Pero cuando la Ternura actúa más claramente, es cuando la das sin que te la pidan. Dar Ternura es dar la luz de la propia alma.

La noche del corazón es enemiga de la Ternura y no obstante ésta puede revelarse a pesar de aquella. Entonces, ¡qué repentino amanecer para la persona que la prodiga! Le hace unos ojos y un rostro nuevos, le redondea la voz, hace desaparecer la distancia entre uno mismo y el otro.

La palabra ternura liga bien con la de caricia, ya que todo en ella es caricia. Pronúnciala suavemente, en la intimidad de tu corazón, y verás cómo se transformará, incluso sin saberlo tú.

La Ternura aleja toda debilidad y, si a veces se confunde con ésta, es porque no se la recibe en su dimensión, pero nunca la Ternura dada es Ternura perdida, aunque sólo fuese para sí misma.

Difícil de dar, más difícil es aún saberla recibir, pues nos han enseñado, desde la primera gota de leche, a tomar, a tomar y a retomar.

No hay nada más desinteresado que la Ternura, ya que está después del Amor, más allá del Amor, allende el Amor. ¿Acaso el brillo del diamante no está más allá de sí mismo? Con esto no quiero decir, ni mucho menos, que la Ternura sea más fuerte que el Amor -me refiero al Amor verdadero, desprovisto de interés, a este Amor que llega de lo alto y no al que está mancillado por el deseo y viene de abajo, Amor que nada tiene que ver con las pulsiones amorosas-. No, la Ternura tiene como sinónimo el desinterés. Hay algo humanamente inefable en este desinterés.....


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