En todas las tradiciones se ha vivido el autoconocimiento como algo que requiere mucho esfuerzo y sacrificio, esto ha sido recogido hasta en las series de televisión como la mítica “Kung Fu”, en la que un monje shaolín pasa su infancia y adolescencia superando las pruebas de sus maestros.
En el Paradigma de la Dualidad el autoconocimiento requiere del apoyo y vigilancia constante de un maestro; para buscar la sabiduría interior se necesita de una autoridad exterior que nos guíe. Es andar un estrecho sendero plagado de dificultades para el que sólo unos pocos están preparados. El autoconocimiento en estas circunstancias no se puede convertir en un bien social, en un derecho de toda persona, por eso hoy en día no está recogido en ninguno de los temarios de los sistemas educativos.
La humanidad no puede resolver sus problemas endémicos y la educación no puede llegar a su pleno potencial mientras las personas no se conozcan a sí mismas. Para llevar a cabo un proceso