Un estado de plenitud, dicha absoluta y liberación del deseo está ciertamente más cerca de nosotros de lo que pudiéramos imaginar. La realización del ser humano comienza y termina dentro de si mismo. Sólo puede ocurrir aquí y ahora, ya que mientras sigas entretenido con sueños a futuro o con arrepentimientos del pasado, continuarás alimentando el problema: seguirás distrayéndote en las fantasías de tu mente, alejando la mirada de tu ser, que es la fuente de toda la vida y toda la dicha.
Vuelve a ti, aunque te parezca aburrido el sólo estar presente contigo mismo, vuelve. Haz que la conciencia de ti mismo sea más importante que lo que está ocurriendo en tu entorno. El hacerlo no significa evitar los placeres o demandas del mundo material, puedes escucharte sin importar donde te encuentres, qué estés haciendo o con quién estés. Simplemente significa no perderte en el hacer.
De hecho, cuando logras permanecer anclado en ti mismo en medio de la actividad, tu capacidad de disfrutar de las cosas que amas se verá incrementada infinitamente, ya que estarás verdaderamente presente, con todo tu ser volcado en las maravillas que la vida te trae en cada momento. El establecerte en el nivel del ser trae consigo la liberación del miedo, la auto- aceptación, una confianza absoluta y la capacidad de abrazar lo que es, de vivir plenamente, sin preocupaciones, sin distracciones o inseguridades.
Hay muchas técnicas para trascender la mente y todas son valiosas, pero a la hora de elegir una, la simplicidad es una buena regla general. Al intelecto le fascina la complejidad y le atraen las teorías detalladas, las tradiciones místicas y la interpretación de textos difíciles. Pero el amor yace más allá del entendimiento, y frecuentemente damos vueltas y vueltas en círculo hasta que tiramos la toalla y nos damos por vencidos. Es ahí cuando el verdadero viaje puede comenzar, el viaje desde la cabeza al corazón.
El Sistema Isha, que he desarrollado como herramienta para expandir la experiencia directa de nuestro ser interno, está enfocado en la simplicidad y diseñado para aprender a sostener estados profundos de paz en medio de los vertiginosos desafíos de la vida moderna. Por supuesto, ésta es la herramienta que yo recomiendo para el desarrollo interior, pero respeto cualquier técnica que nos lleve más allá de la superficie de la mente.
El hecho de incorporar una práctica a tu rutina diaria que te ayude a cultivar una mayor presencia interior es de sumo valor. Lo ideal sería destinar un tiempo cada día para ir hacia adentro y escuchar a tu ser. Utiliza las herramientas que resuenen contigo, pero asegúrate de darle al menos un mes antes de decidir si están funcionando. El revolotear de una práctica a otra sin profundizar en ninguna se puede convertir en una manera de evitar el trabajo más profundo, que no siempre es tan cómodo.
Cualquier herramienta válida nos llevará a enfrentar nuestros demonios internos, y no es ignorándolos cómo nos liberamos de ellos, sino abrazándolos y yendo más allá.
Articulo original tomado de Estrella Valpo
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