Por medio de esta entrada, retomo pedacitos de mi historia
en este hermoso mundo espiritual, en parte obligada por mi lealtad hacia ti,
porque creo que es bueno que me conozcas más, porque mereces leerla y
porque me permite aclararte los puntos básicos de mi enseñanza.
Hace más de 4 años, en un momento de cambios,
decidí
dejar de lado el uso de la palabra ho’oponopono, en principio porque como ya
sabes, la palabra en mención es marca registrada, por lo
cual no puede ser utilizada por personas no autorizadas por su organización;
y en segunda instancia, porque me di cuenta de que eso era precisamente lo que
yo necesitaba para expandirme. Mi intención no era ir
en contra de las
reglas y por lo mismo en ese momento hice pública mi decisión,
tomé
mis escritos y me “fui”. Desde ese entonces comencé a escribir
sobre 4 palabras que curan (lo siento, perdóname, gracias, te amo).
(Seguramente pensarás: es lo mismo!. Pero no es así.
Continúa
leyendo.)
En ese entonces yo ignoraba que lo grabado y lo escrito me
marcaría
para siempre como una exponente de ho’oponopono y soy consciente de que diga lo
que diga o haga lo que haga, eso es y será una constante en mi vida (al
menos para las personas nuevas en este camino); y no me molesta, al contrario,
me alegra que el universo haya conspirado de esta manera para que yo pudiera
conocerte. En ello brilla la Inteligencia Divina.
Escribo esto porque como te dije, hoy siento que es preciso
que responda a las preguntas de hace años, de todos los días
en el correo electrónico, en las que las personas quieren una explicación
o quieren que me adentre aún más en esta
filosofía
para resolver sus inquietudes. A todas ellas y a ti, les cuento la parte de mi
historia que quizá no conocen y que tiene que ver con esto:
Hace como 8 años, la causalidad me llevó
a encontrarme en la red con uno de los mejores artículos
escritos por el Dr. Joe Vitale, en el cual describe el sistema de auto curación
utilizado por un psicólogo hawaiano, el dr. Hew Len. La idea principal del
texto era que con sólo pronunciar dos palabras: lo siento y te
amo, la paz y la armonía regresarían
a tu vida, ya que había sido a través de ellas, como se había
sanado todo un pabellón de enfermos mentales en Hawaii.
Entonces, mi mente no preguntó: ¿Será
posible? ¿Podré? ¿Ay, no será esto otro invento más
de esta gente? O Ahh no, de lo bueno no dan tanto!!!!. Nada de esto
vino a mí.
Al parecer todo estaba preparado para que a partir de ese instante yo comenzara
a pronunciar, lo siento, te amo, incesantemente, sin que otra
palabra de las que conocía fuera más importante. Y así
fue. Así
es hasta la fecha. Los milagros comenzaron a suceder, me acostumbré
a ellos. Había encontrado lo que yo, como ser humano necesitaba.
Después
de eso escribí y grabé la meditación
ho’oponopono(incluyendo en ella la oración de Morrnah Simeona, la
legendaria kahuna hawaiana y maestra de ho’oponopono) por si acaso para alguien
pudiera ser importante escucharla. Jamás esperé que esta
meditación
fuera la respuesta que mi mundo estaba esperando, no la publiqué
con ese fin. Las personas la amaron desde el principio y poco a poco nos fuimos
uniendo, tal vez de esa forma apareciste tú.
En la red encontré muy poca información
sobre el tema, sin embargo los bloggers publicaban palabras diversas que usé
por un tiempo. Grabé la meditación borrando memorias,
la puse para descarga directa del público, y las personas la amaron
tanto como a la anterior. Hasta ese momento en ningún sitio web
había
una prohibición para escribir o hablar sobre ho’oponopono. Si yo
hubiese leído
que esa palabra estaba prohibida por ser marca registrada, créeme
que jamás
habría
grabado esas meditaciones. Las prohibiciones aparecieron después.
Y así
sucedió
NO porque haya egoísmo o personas culpables del hecho, sino porque así
tenía
que ser re escrita la historia de esta parte del mundo espiritual. Esa era la única
forma en la que yo podría volar y en la que tú podrías estar a mi
lado.
Eso sí, antes de impartir mi primera conferencia sobre
este tema, dejé muy claro que jamás había tomado un
curso con ningún exponente de esta filosofía y que mi
vida había
girado sola con la pronunciación de las 4 palabras que curan.
De nuevo el público me daba las gracias por haber hecho esto de su
conocimiento, y esa conferencia fue un éxito total. Me siento
agradecida.
Continué escribiendo en mi blog de
WordPress lo que llegaba a mí a través de la
inspiración,
y a través
de muchos maestros también escritores y conferencistas, gente mágica
en verdad. Y poco a poco entendí que la magia de escribir bien,
reside en que conectes con tu Yo expandido o que tus autores favoritos te
inspiren tanto, como para que puedas lograr creaciones totalmente frescas, que
sean tan tuyas que contengan tu huella perfecta, que reflejen tu alma, pero que
en el ambiente dejen el suave aroma que de esos autores o de lo divino emana.
Ese es el secreto.
Entonces hice una fusión perfecta con lo que soy, con
lo que tengo, y comencé a escribir los libros que me llamaron. Ellos me
buscaron, nos encontramos y aquí seguimos. La fusión
dio resultado. No era, ni es ho’oponopono aunque las personas no lo supieran,
aunque todavía no lo sepan. Todo lo escrito y lo hablado iba y va
mucho más
allá.
¿Por qué?
1. Porque no creo en casualidades. Sé
que para que una mariposa mueva sus alas, debe estar de por medio la voluntad
de lo divino. Este primer punto es complementado por el segundo.
2. Porque hay libertad. En mi filosofía
tú
puedes sugerirle estas palabras a quien encuentres en tu camino, si es tu
deseo, porque todo lo que en apariencia es tu deseo, también
es mi deseo o el deseo del dios/diosa en ti.
3. Porque incluyo mi percepción
respecto de los postulados de todas aquellas técnicas que a mí
me trajeron al punto de escribir para ti y muchos de estos postulados no están
incluidos en ho’oponopono.
4. Porque soy la dueña de mi
mundo, mismo donde estás tú y eso me faculta para elegir
qué
quiero aprender, cómo quiero aprenderlo y en qué forma deseo
transmitírtelo.
Porque a cada instante te transmito este sentir para que lo experimentes igual.
5. Porque aun con todo esto, siempre te he dicho
que no soy dueña de la verdad y por lo mismo te he pedido que no me
creas, que le creas a tu corazón que es quien tiene la última
palabra.
6. Porque mi enseñanza consta de tan sólo
4 palabras básicas: te amo, lo siento, perdóname
y gracias. No necesito más.
7. Porque no tienes que asistir a un centenar de
cursos para aprender a comunicarte con tu Divinidad. De hecho en mi enseñanza
no tienes que asistir a ningún curso, e incluso podrías
dejar de leerme. Sólo tienes que amarte, decir TE AMO de forma
permanente y punto. Si asistes a mis conferencias es para dejar sellada una
cita pendiente desde viejos tiempos y después para aprender/enseñar/transmitir
lo que hay en ti y en mí.
8. En mis conferencias o seminarios no hay
contratos de por medio. (Y no es que piense que algo de esto es erróneo
o incorrecto. Sólo es una forma diferente de enseñar
y nada más).
9. Porque si llego a encontrar en mi camino
cualquier sistema, cualquier método o forma que me permita
hacer más
digestiva tu vida, lo voy a hacer de tu conocimiento, aunque no haya sido
incluido en ninguna filosofía hawaiana, aunque jamás
haya sido visto.
10. Porque jamás he querido “prostituir”,
tergiversar, alterar o diluir el legado de Morrnah o el modelo original de este
sistema de vida de origen hawaiano. Yo sólo tomé su oro, su
parte prístina,
su claridad, y la redistribuí para que a su origen volviera.
Con ese oro que es el amor, he realizado mi trabajo.
11. Porque jamás he negado que mi origen (al
igual que el tuyo) y el de mis palabras es pleyadiano o estelar.
12. Para todo en mi vida uso a diario las 4 palabras
que curan que proceden de la cultura hawaiana, pero ellas son un peldaño
en la escalera del conocimiento que es la vida y como seres humanos, por
supuesto que iremos mucho más allá de lo enseñado,
más
allá
de lo aprendido, más allá de ho’oponopono.
Si después de leerme aquí,
ahora, insistes en llamarle a mi enseñanza ho’oponopono, es porque: o
bien estás
iniciando este camino y no me has leído del todo, o no te gusta
ho’oponopono. Y respeto todo eso, precisamente porque creo que las diferencias
en formas y en fondo son más que evidentes, son casi
palpables, son lo que eres tú, lo que Yo Soy.
Gracias por leerme.
© Todos los derechos reservados. Vivi Cervera 2012.
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