¿Alguna vez has tenido emociones de miedo, tristeza,
ansiedad, rabia, decepción, enfado... sin tener ningún motivo
aparente?
El motivo es que hubo algún momento de tu vida en el cual
durante un tiempo estuviste viviendo en esa emoción. Esto pudo ser provocado por
una experiencia determinada, e incluso por un momento de tu vida en que tus
pensamientos fuesen negativos.
Pasado un tiempo de vivir en esa emoción
tu cuerpo la memorizó, y ahora sin que tú pienses nada negativo, y sin
que haya nada externo que lo provoque, vuelves a tener esa emoción.
¿Qué es lo que está pasando? Lo que pasa es que
nuestro cuerpo se hace adicto a las emociones. Para ser más
exacto, se hace adicto a las sustancias bioquímicas que crean esas emociones.
Esto es lo que hace que el cuerpo pase a ser la mente. Me
explico. Antes hacía falta algo externo; una experiencia o un
pensamiento para crear la emoción, pero ahora ya no hace falta.
Ahora la emoción viene incluso antes del pensamiento. Y es la emoción
la que ahora nos hace
atraer situaciones no deseadas y pensamientos negativos
al respecto.
El cuerpo pasa a ser la mente. La emoción
se activa como si se tratase de un programa de ordenador, que se instaló
hace tiempo y que ahora se inicia continuamente cuando menos lo esperas.
¿Y cuando pasa esto qué hago?
Joe Dispenza, en su libro "Deja de ser tú"
explica muy bien este proceso por el cual el cuerpo se convierte en la mente,
además
de otras muchas cosas. Y la solución que nos da, es la meditación.
A través de la meditación podemos pasar de las ondas
cerebrales Beta, a ondas Alpha y Zeta, que son las ondas en las que podemos
acceder de forma más directa al inconsciente. Dentro de estas ondas
cerebrales podemos cambiar patrones, creencias, desmemorizar emociones... e
incluso añadir
la nueva información que sí deseamos tener.
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