¿Alguna vez has sentido ese deseo tan grande por mandar al amor al diablo? Si tu respuesta es sí, te pido que no te preocupes. Preocúpate si esto no sucede.
Con esto quiero que sepas que no estás obligada a nada, que es maravilloso que puedas experimentar determinados niveles de libertad, como esa que te da el decir:¿Sabes qué? Estoy harta, cansada, agotada de decirme que me amo, sin lograr ver el más mínimo resultado de esto, así que en este momento suelto toda esa palabrería barata que algún día metí en mi cabeza y comienzo a ser “normal” otra vez. Es más, haré algo más sabio… eliminaré a Vivi Cervera de todas mis listas para no tener que leer que el amor es una solución al enredo que tengo en mi cabeza.
Déjame decirte que nada de eso está mal.
De hecho creo que esa expresión, esa sinceridad es la que siempre te ha hecho falta para descargarte, sólo que bajo las condiciones correctas. ¿Cuáles son estas?- Tener un espejo frente a ti, en el cual te digas todo esto y más, para al final ponerte en paz con lo que dijiste (esto es clave). No sirve de nada expresar tu enojo sin estar de acuerdo contigo, lo ideal es que te hagas un regalo por haber tenido el valor de decirle al espejo lo que sientes y al final decirle a esa imagen: eso es! Eres magnífica! Gracias por expresarte! No hay nada malo en ti cuando dices tu verdad.
- Mediante una sesión de EFT (Técnicas de Liberación Emocional). Una técnica maravillosa que puedes aprender por ti mism@ o conmigo a través de mis teleseminarios. Como siempre, tú puedes elegir, todo está a 1 segundo de ti, basta con que estés list@ para verlo.
Siempre que logres tener ese grado de sinceridad contigo, apruébate para que no sientas culpa y encuentres tu paz. Si sólo te enojas, sin aprobarte por esos instantes, en algún momento ese enojo se convertirá en ira y después en odio. Apruébate siempre.
En mi libro “4 palabras que curan” hago un relato corto sobre un diálogo en el que la Divinidad le entrega la Creación al ser humano y le dice: ahí tienes al mundo, es perfecto así como es. Sin embargo el ser humano etiqueta lo creado con dos palabras: “bueno” o “malo” y comienza a sufrir. En cuanto la Divinidad se da cuenta de ese sufrimiento le entrega las 4 palabras que curan y el ser humano comienza a limpiar.
¿Limpiamos y borramos ilusiones?
Sí.
El presente no necesita ser borrado. Estamos borrando el pasado, mismo que es ilusión o que en otras palabras no existe.
¿Por qué lo vivimos como si existiera?
Porque eso es parte de la vida. Sin la creencia en las ilusiones, no podrían darse las relaciones entre nosotros, ni todo lo que experimentamos en este planeta.
¿Entonces la violencia y la explotación de la Tierra están bien?
Parece que no has leído lo anterior pero vuelvo a explicarte. No está ni bien ni mal. Todo eso sólo es. Sin embargo debemos experimentarlo como negativo para que todo sea como es. O sea que tanto la causa altruista como el reproche forman parte de lo perfecto. La calma y la rebeldía son aspectos tan inseparables como el día y la noche.
Esto me da un respiro. ¿Significa que puedo mandar al amor al diablo cuando quiera, cuando crea que no está funcionando?
Oh claro. Por supuesto! Aunque eso también será ilusorio. No porque mandes el amor al diablo él se irá (risas). No porque creas que el amor no funciona dejará de hacerlo. En algún momento y a través de pequeñas cosas te encontrarás nuevamente con este sentimiento. Es más, quizá en alguna otra ocasión te hable sobre el hecho de que tu vida está predeterminada y fuertemente ligada al amor. Todavía no es el momento.
Ahora yo te pregunto: ¿Qué sucede contigo que constantemente dices que te amas pero no ves ni un solo cambio en tu vida?
Sucede que continúas pensando. La frase te amo, que pronuncias por breves instantes (como un experimento), no alcanza a cubrir las demandas de tu alma, no alcanza a iluminar todos tus recuerdos. Así que comienzas hoy a sembrar tu semilla, con tus frases amorosas, pero como mañana a primera hora no ves un árbol gigantesco dándole sombra a tu casa, dejas tu semilla abandonada a su suerte y te dices: no vuelvo a sembrar.
Las semillas que mejor crecen son aquellas que se cultivaron, alimentaron y regaron sin expectativa. Sin el deseo compulsivo de que todo tenga que ser de una sola manera: la tuya.
Hay algo evidente y es, que no todas las personas del mundo están en la misma posición, nivel evolutivo, nivel de receptividad o grado de necesidad para comprender que el amor puede hacer cambios definitivos en su vida o en la vida de otro ser humano. De hecho, en algunas mentes esto suena cursi, absurdo, idealista (e incluso suena a estafa, a “tumbe”), suena demasiado bello, demasiado novelesco como para ser real.
El asunto es que nada de lo percibido es real y que de entre todo lo percibido, el amor continúa siendo lo más bello que existe y lo que prevalece, aunque en algunas ocasiones nuestros propios recuerdos nos obliguen a mandarlo al diablo.
Gracias por leerme.
© Todos los derechos reservados. Vivi Cervera 2012.
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