En nuestro largo transitar en este camino
de aprendizaje que es la vida, en innumerables ocasiones nos topamos con
personas que nos presentan desafíos. Personas con las cuales tenemos conflictos
y se nos dificulta resonar a su lado. En cierta forma, nos cuesta trabajo
percibir y aceptar la Unidad como parte integral de nuestra vida, pues solemos
percibirla únicamente con aquellas personas que conforman nuestro circulo íntimo
o en otras ocasiones únicamente como un concepto abstracto que se vive en
profunda meditación, difícil de percibir en la vida diaria.
Quizás no nos hemos percatado a plenitud
que, aún en aquellas personas
que representan desafíos o con aquellos con los
que no resonamos, está presente la Unidad en todo momento, pues no podemos
dividirla y clasificarla de ninguna manera. La Unidad, el Amor, simplemente ES
y está presente en todas y todos en cada momento.
Aún en esas pequeñas cosas que nos molestan
o que no comprendemos de quienes denominamos espejos, está presente la
Unidad en su más amoroso y elevado estado. Pues más allá de las caretas y las
divisiones que percibimos con nuestra mente finita, más allá de todo ello, está
presente el Amor en aquel espacio sagrado donde co-existimos en Unidad con
todos los Seres y es desde ahí donde, sin importar el o los caminos que hayamos
elegido, siempre permanecemos en una danza sagrada e infinita, unos con
otros, recreándonos en el Amor de la Creación.
En estos tiempos que estamos viviendo junto
con la Madre Tierra, es imperativo que resonemos y nos centremos plenamente en
el corazón, para aceptar con la más pura humildad la Unidad presente en todos y
cada uno de Nosotros. Es necesario darnos cuenta de la manera en que
reaccionamos ante nuestros espejos y trabajar para que podamos aceptar los
aprendizajes y trascenderlos con la grandeza y la sabiduría propia de nuestro
Corazón empoderado.
Cuando se nos presenta un espejo
mostrándonos un desafío en nuestra vida, generalmente la primera reacción es el
enfado, seguido de la tristeza o el sentimiento de victima; para después pasar
a ignorar el asunto o darle la vuelta asumiendo que lo que estamos viendo en
esa otra persona no nos corresponde y no es algo que necesitamos sanar y
equilibrar en nuestro interior.
Cuanta humildad se necesita para aceptar el
desafío de un espejo, con Amor. Darnos cuenta que más allá de la reacción
inmediata proveniente de nuestro Ego, podemos reaccionar y actuar con el
corazón para resolver y sanar todo conflicto en nuestras vidas desde el más
puro Amor y entendimiento.
Darnos cuenta de nuestras reacciones nos
puede conducir a corregirlas y comenzar a actuar íntegramente desde el corazón.
Asumiendo con profundo Amor y humildad aquellas creencias o heridas que nos
están impidiendo el completo desarrollo de nuestro potencial y Divinidad.
Mientras no nos permitimos asumir todas esas viejas creencias y actitudes para
sanarlas y trascenderlas; en lugar de evitar que los espejos se presente en
nuestra vida, los estaremos atrayendo más y más constantemente, pues ahora es
el momento para sanar y equilibrar todas aquellas energías y aprendizajes que
nos impiden reconectarnos con nuestra maestría.
Recordemos siempre que aún en esos aspectos
que se nos presentan en nuestros espejos, está presente la Unidad, más allá de
las apariencias todos somos UNO en el corazón, cada espejo es una oportunidad
de Amor para sanar todo lo viejo que nos impide despertar en el ahora.
Lograr ver la Divinidad y la Unidad en los
ojos de todas las personas, comprender que en todos y cada uno está presente la
chispa Divina y que eso nos Unifica y nos mantiene profundamente conectados por
siempre; nos lleva al reconocimiento de la grandeza de la Vida y de todo lo que
existe.
Suelta en Amor a aquellos que representan
un espejo en tu vida, agradeciendo el aprendizaje e intérnate en tu
corazón, para sanar esas viejas heridas, de esa forma tu esencia saldrá
completamente a flote, libre y victoriosa en el Ahora.
Les comparto este pequeño pensamiento
recibido en mi meditación de hoy..
De la nada surge el Espíritu.
Del Espíritu surge el Amor.
Del Amor surge la Forma.
De la Forma surge la existencia.
Y la búsqueda máxima de la existencia es
volver al Espíritu en un reencuentro Sagrado con el Amor.
Todos Somos Uno.
Yo Soy Otro Tu.
Mitakuye Oyasin..
Expresiones de distintas culturas y
creencias que representan un mismo concepto: La Unidad.
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Comencemos a vivirla Ahora!
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