Que sucede en la pareja con la expresión de lo que sentimos, lo
que no se expresa, etc. Pues uno se conoce, se enamora, se casa. Así es como
sucede, ¿verdad? Hmm. ¿Y entonces qué? Oímos hablar de tasas de divorcio, de
terapias de pareja y de amoríos, pero también oímos hablar de la imagen
perfecta de matrimonios felices por 50 años.
Sentimos la necesidad de que el
otro se comprometa porque así podemos controlarlo y en esa forma, pensamos que
estará siempre a nuestro lado y eso nos hace sentir seguros.
A menudo, es por la
necesidad de recibir la aprobación pública asociada con el matrimonio o para
vivir ese cuento de hadas que nos han hecho tragar, como la sopa de pollo que
según se nos dijo curaba los resfriados. Pero no quiero hacer que todo parezca
tan sombrío.
En un matrimonio entre dos personas que se aman
incondicionalmente, no hay necesidad de atar a la otra persona o tratar de
controlarla en modo alguno. El amor incondicional da al otro la libertad de
expresión que todos estamos deseando: la libertad de ser nosotros mismos.
¿Existe amor más grande que eso? Si realmente amas a alguien, ¿cómo puedes
desear que sea otra persona? Este tipo de matrimonio florece y fructifica en
dos personas que se apoyan mutuamente en el logro de su propio potencial.
Nuestro deseo de hacer que el amor del otro sea eterno proviene
de nuestra necesidad desesperada de ser amados, pero esta necesidad continuará
insatisfecha hasta que lleguemos a amarnos a nosotros mismos. El impulso de
controlar a los demás proviene de nuestra falta de amor propio. Hemos aprendido
a rechazarnos tanto, que nos hemos convertido en esclavos de la aprobación
exterior; nuestro sentido del valor propio depende casi totalmente de la
opinión de quienes nos rodean.
Esto es así incluso para personas aparentemente exitosas y de
gran alcance, porque si su confianza radica en su éxito o su prestigio público,
¿a dónde van a ir si esas cosas desaparecen? Ésta es la razón por la cual la
pérdida suele ser un gran maestro: en la pérdida, nos enfrentamos con nuestro propio
sentimiento de vacío. Si ya no está lleno con nuestras distracciones y
adicciones, el hueco interior queda abierto y visible; es imposible ignorarlo
por más tiempo. Entonces tenemos dos opciones: podemos tratar de ocultarlo de
nuevo -reconstruyendo aquello que habíamos perdido o reemplazándolo con alguna
otra forma de distracción- o podemos decidir finalmente tomar responsabilidad
de nuestra propia insatisfacción y comenzar a hacer el trabajo necesario para
encontrar la plenitud interior.
El matrimonio no es un remedio para la inseguridad. El único
remedio verdadero para la inseguridad es el amor a uno mismo -más allá de los
temores y las dudas de la mente- y el desarrollo de una conciencia del valor
subyacente que es nuestro propio ser, lo que yo llamo amor- conciencia. El
verdadero amor, el amor incondicional, rompe todas las fronteras, cajas e
ideas. Es la naturaleza ilimitada de ser, es la vida misma.
¿Cómo pasar del
amor condicional al amor incondicional? ¿Cómo podemos saber si nuestras
relaciones personales se basan en la necesidad o en algo más profundo? Aquí
comparto algunos de los indicadores comunes de la dependencia mutua. Pregúntate
si haces estas cosas en tus relaciones, y luego lee mis sugerencias de cómo
cambiar estos comportamientos por una forma más amorosa de interacción.
Escenario: ¿Mientes a tu pareja? Las mentiras van desde pequeñas
cosas (sí cariño, me encanta tu cazuela de pollo) a las más importantes (voy a
trabajar hasta tarde esta noche), pero las mentiras son un signo de una
relación basada en la necesidad de recibir la aprobación del otro.
Solución: Sé honesto.
El amor es siempre veraz. La mentira
viene del miedo. Si deseas una relación realmente amorosa, la verdad es la
única opción. Siempre.
Escenario: ¿Tratas de controlar y cambiar a tu pareja?
La
necesidad de modificar al otro proviene de tus propias expectativas de cómo
crees que debería comportarse para sentirte apoyado y amado. Esto viene de no
asumir la responsabilidad de tu propia seguridad.
Solución: Suelta eso.
Cuando te veas manipulando o sobreactuando, detente. Tráete al momento
presente y piensa internamente: “Yo puedo soltar eso”. Ve hacia el interior y
céntrate en amarte a ti mismo. Entonces, la necesidad de controlar a tu pareja
se desvanecerá.
Escenario: ¿sus conversaciones siempre se convierten en
discusiones?
Solución: Escucha. Cuando tu pareja te esté hablando, realmente
escucha lo que te dice, especialmente si no estás de acuerdo o si se te hace
enojar. Encontrarás que las cosas que menos quieres escuchar son las que más te
pueden ayudar a crecer. No tienes que estar de acuerdo con ella para
escucharla, y por escuchar no estás dándole automáticamente la razón, pero te
estás abriendo a recibir lo que tiene para mostrarte. Cuando uno escucha, aprende
más sobre la otra persona, pero más importante aún, aprendes más sobre ti mismo
.
Escenario: ¿Te sientes resentido? Si no expresas sus
sentimientos abiertamente con tu pareja, el resentimiento empezará a crecer
dentro de ti y luego se volverá a detonar por las cosas más pequeñas y tontas.
Si encuentras que, durante una discusión, vuelves a sacar la lista de todo
aquello por lo que te sientes resentido, no estas expresando lo suficiente.
Solución: Sé vulnerable.
Una relación verdaderamente amorosa
aguantará la prueba de la verdad. Sé honesto acerca de lo que sientes y pronto
verás la verdadera naturaleza de tu relación. Dile a tu pareja cómo te sientes.
No trates de cambiarlo; expresas con el objetivo de ser totalmente
transparente, de mostrarte exactamente como eres. Reconoce el miedo y permítete
sentirlo. Al hacerlo, comenzarás a liberar la carga emocional que causa el
resentimiento y a reemplazarla con amor.
Lo maravilloso acerca de estas recomendaciones es que sólo
tienen una persona a trabajar: ¡Tú! No caigas en la trampa de pensar, “no puedo
compartir mis sentimientos con él, porque nunca escucha”… o “voy a ser honesto
con ella, si ella es honesta conmigo”…
Una vez que tomas la decisión de poner la honestidad y la
transparencia, por encima de la necesidad de aprobación o de manipular a tu
pareja, todo va a empezar a cambiar. Si tu relación esta basada en dos personas
que realmente se aman, se convertirá en más íntima, más satisfactoria. Y si el
amor se ha ido, entonces probablemente terminará pronto. Pero, cuando te
enfrentes con la verdad, pregúntate lo siguiente: “¿en realidad quieres pasar
tu vida con alguien que no te quiere?” La verdad es que, una vez que empiezas a
ser lo suficientemente honesto para hacer frente a esa realidad, ya estarás en
camino a amarte a ti mismo. Y como dice el refrán: La verdad nos hace libres.
Isha
http://www.losandes.com.ar/article
Isha
http://www.losandes.com.ar/article
muy bueno!
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