Coincidencias. No existen. Nada es casual, nada sucede al azar y todo tiene un para qué en la vida.
Hay ocasiones en las que sentimos que la vida nos castiga, que algo habremos hecho mal o algo debemos estar pagando. Parece normal pensar así, sentir así. Pero si le damos una mirada más profunda, podremos darnos cuenta de que mientras lo veamos de esa manera, estamos dejando ir la oportunidad de poder cambiar nuestra experiencia. Nos colocamos en una posición de "barco a la deriva" a merced de las circunstancias, resignados al dolor.
Existe otra manera de ver las cosas. Debe haberla, nos dice Un Curso de Milagros. Y la hay, y en mi experiencia, es la verdadera. ¿A qué me refiero? A que en el momento en que elegimos tomar la responsabilidad -que no culpa- de lo que nos sucede, asumiendo como cierto el paradigma de que nuestros pensamientos crean nuestra vida (el famoso "si lo crees, lo creas"), entonces, estaremos en la posibilidad -¡bendita posibilidad!- de experimentar lo que sucede desde un lugar de aceptación y paz interior. Y por supuesto, con amplias posibilidades de vivir situaciones de paz, dicha, alegría y tranquilidad.
Pero Mar, me dirás, ¿qué pasa cuando algo sucede y yo "nunca" lo pedí o lo pensé? La respuesta la tiene el subconsciente, las memorias de dolor almacenadas en esa parte de la mente que no sabemos que están ahí y que finalmente determinan aquello que experimentamos. Y estamos hablando de que más del 97% de la información es subconsciente, el ejemplo de la punta del iceberg es perfecto en este caso. Memorias adquiridas a lo largo de la vida -heridas, eventos, pérdidas- e incluso heredadas de generación en generación o del inconsciente colectivo. Mucha, realmente mucha información. Parece que tu no elegiste vivir esta situación, pero en el fondo, hay creencias en tu mente que la han "convocado" a tu vida. ¿Para qué? Esa es la pregunta.
Es posible que sea para que puedas aprender a soltar, a confiar, a tener paciencia, a amarte incondicionalmente, a sanar heridas familiares, a poder ver tu perfección, a dejar ir la necesidad de aprobación... Las opciones son muchas, pero en esencia, en el fondo, todo el guión te llevará inequívocamente a que puedas recordar Quién verdaderamente eres y Quién te sostiene. De eso va todo.
Fuiste creado libre. Y tienes la libertad de elegir seguir sufriendo y sintiendo que el mundo está en tu contra, o bien, elegir el Amor como guía y poder ver la enseñanza detrás de la experiencia. Y más allá, puedes aprender a soltar todas esas memorias y entregarlas para que sean sanadas y reinterpretadas desde el amor. Ho'oponopono es maravilloso para ello. Repites palabras, y en el fondo sueltas, confías y la programación subconsciente se va transmutando en luz.
Y tu vida cambia... o no. Pero eso deja de importarte. Ahora estás en paz, sabiendo que sea lo que sea que suceda, es lo perfecto y correcto para tu evolución.
Suelta y confía.
Aquí y ahora, todo es perfecto.
Mar Barbosa
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Sesiones individuales.
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