Cuando se lee en un blog como el mío por primera o segunda vez, alguien puede pensar: “Esta mujer confía tanto en 4 simples palabras que parece que siempre está observando al mundo a través de un lente color rosa”. Ese alguien también puede preguntarse: “¿Acaso no lee los periódicos? ¿En qué planeta vivirá? ¿Según ella todo va a tener solución con 4 palabras? ¿De eso se trata todo esto?…”
Podría ser fácil pensar que todo esto del amor, del perdón, de la gratitud es sólo un paño de agua tibia para quienes tienen tiempo de sobra, o para quienes se dejan enredar con cuentos de la literatura contemporánea. Sin embargo es al contrario; la vida se viste de rosa para quienes nos cansamos de verla vestida de gris. Punto. Al igual que tú, he vivido momentos en los cuales, la oscuridad me abrazó y creí que no había salida; sin embargo ha sido en estos picos o puntos elevados de dolor donde alguien me ha despertado y me ha dicho que continúe remando aunque la marea esté alta, aunque las olas quieran cubrirme, que los dolores almacenados por mi alma también son aprendizaje, ese alguien me ha dicho que el color de la vida lo determino yo.
Fue hace algunos años cuando descubrí que los edificios, los aviones, las personas, los dolores y las situaciones difíciles de la vida son ideas, entonces fue fácil asumir que sólo otra idea repetitiva y con mejor vibración podía sobreponerse a ellas para reemplazarlas; lo cual es como crear rutas nuevas y transitarlas permanentemente para que se desactiven las que antes recorría. Así concluí que en un mundo hecho de ideas que en ocasiones cierran puertas, sólo un cambio en la calidad de las palabras pronunciadas puede hacer la diferencia y por supuesto puede abrir esas puertas.
Vivi ¿Eres consciente de que estás en el planeta Tierra? ¿Y de que hay que pisar el suelo para sobrevivir a la cruda realidad?
La cruda realidad es una idea más, que me vende la mente para que pueda continuar siendo prisionera del miedo, el cual se alimenta de mis pensamientos todo el tiempo, ya que necesita sobrevivir a costa de mis creencias y así es como aprendo a sentir que mi miedo me cuida, que el pánico me protege y que soy tan frágil frente a ellos, que me rindo, me resigno a esperar un desenlace fatal. Esta actitud considerada “normal” por los humanos es la que siento distante del planeta Tierra porque es absurda. El miedo lo único que hace es alimentarse de sí mismo y crecer hasta llevarme lejos de mi propia divinidad.
Necesito 4 palabras que puedan envolver al miedo, rodearlo sin calificarlo. Necesito 4 palabras que le quiten la oscuridad a mi lente y me permitan sentir que la vida es rosa. Dejo a un lado la charla interminable de mi mente:
- Lo siento. Perdóname. Gracias. Te amo.
- Vivi, eso no basta, no es suficiente.
- Te amo.
- Ahh ¿Con eso vas a lograr que me llegue dinero a la casa? o acaso ¿Vas a lograr que encuentre a mi alma gemela? Dime!
- Te amo.
- Tienes que salir, pagar tus deudas, tienes que hacer algo! y ya!!!!!!!!!!!
- Lo siento, te amo.
Despertar aquí donde elegiste vivir consiste en descubrir a qué viniste. Y viniste a limpiar. Lo demás no es asunto tuyo y llegará a ti por añadidura, tu misión principal es y será limpiar con las 4 palabras que curan de aquí hasta cuando tu alma decida regresar a casa.
A este mundo romántico y rosa se llega gracias a la intervención divina. Hay un Ser de luz dispuesto a llevarte suavemente hacia aguas tranquilas. Hay alguien ahí dentro de ti, que es feliz cuando dejas de pensar. Al mundo de las palabras sanadoras se le acepta cuando se han contado una a una las lágrimas de la humanidad, cuando se sabe que cambiar el lente oscuro es nuestra mejor oportunidad, si no la única.
Gracias por leerme.
© Todos los derechos reservados. Vivi Cervera 2011.
A continuación un video de Edith Piaf la maravillosa cantante francesa que tuvo una vida llena de experiencias dolorosas, y que pese a todo eso cantó divinamente: “No me arrepiento de nada”. Esta hermosa voz te dice que cuando el corazón ama, el pasado deja de ser una carga y se convierte en una bendición. Edith estaba enamorada y con esta letra limpió toda su vida.
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