Hoy en día la ciencia encuentra
explicaciones para lo que hasta hace poco más de un par de décadas, solo era
terreno del místico, o sólo ámbito espiritual, y hoy en día, en todos los
ámbitos sea empresariales, de salud, de creatividad, de familia, de la escuela
incluso, y hasta de la política, están integrando la experiencia interna a la
externa.
Por Isha
Escuchar que las respuestas están en el corazón, ya no es algo
que suene extraño, es casi parte de nuestra conversación cotidiana. Para las
nuevas generaciones algo natural, para los de medio siglo o más, un terreno
que
lo atrae a uno, con una invitación a cultivar.
Esta historia que me contaron hace tiempo, para mí comparte una
moraleja tan sencilla y tan desafiante a la vez.
Había una vez un rey que anunció una gran concurso: pintar la
imagen perfecta de la paz. El ganador se adjudicaría un título de prestigio,
así como las tierras y riquezas inimaginables.
¡Todos en el reino comenzaron a pintar! Incluso gente que nunca
había pintado, con la esperanza de ganar el premio.
Después de muchos meses de reflexión, el rey cerró la selección
a dos pinturas, que se mostraron a todos en el palacio.
La primera fue la pintura de un prístino lago, que se extendía
con serenidad a través de la tela, su extensa superficie reflejaba los nevados
detrás con perfecta claridad. Todos los que miraban la pintura decían que era
impresionante, no cabía duda de que tenía que ser el ganador.
La segunda pintura era bastante confusa. Representaba el mismo
lago en el momento de una gran tormenta, el viento golpeaba a través de los
árboles, mostraba la superficie del lago picado, arremolinándose… un caos. ¿Dónde
estaba la paz en esta pintura? Todos estuvieron de acuerdo, la primera fue la
pintura perfecta, ¿cómo podría competir posiblemente esta en contra de ella?
“Mira un poco más de cerca”, dijo el rey, en respuesta a estas preguntas. “Al
final de la rama de ese árbol, hay un pájaro. Él está sentado en perfecta paz”.
Cuando podemos encontrar paz en la tormenta de la vida, entonces
hemos encontrado la paz verdadera.
Vamos a adoptar los cambios de nuestro mundo desde un lugar de
positividad. Estamos entrando en una nueva etapa, un mundo de crecientes
valores y esperanzas. Si nos aferramos a lo de antes, vamos a sufrir. Lo viejo
debe morir para dar paso a lo nuevo. El nacimiento y la muerte son la
naturaleza de la evolución.
El mundo es deliciosamente impredecible - justo cuando creemos
que tenemos todo muy bien encajado y clasificado, Michelle Obama va y abraza a
la Reina de Inglaterra. En otros momentos de la historia jamás se nos hubiera
imaginado tal violación al protocolo, y sin embargo y finalmente sucede. Las
reglas están hechas para romperse y las leyes que rigen nuestras vidas pueden
desmoronarse en un instante.
En la búsqueda del auto-descubrimiento, debemos estar dispuestos
a cuestionar nuestras ideas y convicciones y retar nuestras opiniones del mundo
que nos rodea. Si podemos ser flexibles ante los cambios, podemos aprovechar
las oportunidades nuevas de un mundo que ninguno de nosotros puede imaginar en
su totalidad.
La manera en que encaras una crisis depende de ti. Puedes verla
como una amenaza a tu seguridad, o utilizarla como una herramienta para
encontrar la estabilidad interna. A veces nuestras mayores pérdidas se
convierten en las mejores oportunidades. Ante la crisis, puedes revolcarte en
las cenizas o levantarte transformado, la decisión está en tus manos.
¿Cómo quieres entonces enfrentar lo que sucede? con un costo
para tu salud, o con la satisfacción de haber dado, aunque sea, una respuesta
un poco diferente, una actitud no basada en reacción automática ni venganza ni
resentimiento pasado, sino algo que emanó desde un espacio presente, fresco,
tomando la vida por las riendas y confiando que ella te va a llevar a destino,
a ser el mejor ser humano que puedas ser, dándote las mejores y más abundantes
oportunidades para demostrarlo.
Vale desarrollar este nuevo aspecto verdad? Haz una lista de
cómo quisieras actuar, de cómo quisieras ser, de cual es el punto más elevado
en ética, en emoción, en capacidad e integridad, honestidad y transparencia,
creatividad y ternura que tu quieres compartir con tu mundo y con tu vida, y
después me cuentas.
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